martes, 2 de septiembre de 2014

Hubo un tiempo

Hubo un tiempo.

Hubo un tiempo en el que yo fui niño, niño lleno de sueños, ilusiones, lleno de amor y de retos, algunos miedos y mucho tiempo por transcurrir.

Hubo un tiempo en el que me volví adolescente, un adolescente responsable, quien cumplía con sus tareas. Adolescente seguro que siguiendo las reglas, con un poco de sacrificio y buen comportamiento  llegaría a donde quisiera.

Un adolescente con más incógnitas que respuestas, enamorado de la belleza femenina y seguro de tener que utilizar todas las herramientas posibles para conquistar a la niña de sus sueños.

Hubo un tiempo en que me volví estudiante de prepa, era necesario definir el futuro el cual estaría determinado en gran parte lo carrera que escogería como plataforma para mi éxito. Éxito que se logra en principio con calificaciones y luego con el trabajo.
Cauteloso, precavido y una vez más siguiendo las reglas y dejando para el futuro muchas cosas por lograr y otras muchas por hacer y vivir.

Hubo un tiempo en el que fui adulto joven, exitoso, trabajador, enamorado del baile, alegre, responsable y sabiendo siempre que habría un momento para todo.

Hubo un tiempo en el que me volví padre, con este título llega la más grande de las responsabilidades, en donde el yo se vuelve segunda persona a pesar de lo que diga la gramática.
Entonces es necesario dejar cosas para el futuro, planes para más adelante estando ciertos que hay tiempo.

Hubo un tiempo en el que cumplí 40 años, hubieron grandes tormentas y me di cuenta que dejar las cosas para más adelante no era muy seguro y como resultado realice uno de mis más grandes sueños materiales rozando con la irresponsabilidad, y ¡Dios mío! que enorme placer da hacer algo fuera de lo esperado, hacer algo simplemente porque te da la gana.

Empezó a importarme menos lo que la gente espera o dice de mi o de quien sea. Que cada quien sea feliz sin hacer daño a los demás, es lo único importante.

Hay un tiempo hoy, que cumplo 50 años en el que es irresponsable dejar las cosas para luego, es necesario en esta carrera echar  el sprint a ver que sucede.
¿Porqué es necesaria alguna enfermedad o desgracia para prometerse disfrutar todos los días algo?

Me prometo disfrutar más, preocuparme menos, ir por el menor stress, disfrutar a como de lugar la compañía de mis seres queridos,  ir por la locura material más grande de mi vida, disfrutar respirar.

No debo preocuparme tanto por los problemas del futuro.

A partir de hoy, empezare a construir un pasado divertido, con anclas de papel, un pasado menos responsable, un pasado lleno de todo lo bueno que ha tenido mi vida, que es mucho, ¡pero quiero más!

Gracias Dios.