miércoles, 3 de abril de 2013

NOSOTROS LOS NOBLES


NOSOTROS LOS NOBLES

Es una película mexicana, sin grandes pretensiones y resulta una comedia profundamente educativa.

No cuento con las credenciales para poder hablar de la parte artística o actoral, y mucho menos para poder criticar la edición o dirección de esta película, pero como publico tengo todo el poder de comentar que es una excelente película, ideal para quienes quieren ir al cine a pasar un rato agradable, reírse un poco y reflexionar mucho si tienen la suficiente agudeza para filtrar lo profunda que pueden ser las enseñanzas en esta mexicanísima película.

Primero que nada, vemos el regreso de Gonzalo Vega, quien en lo personal ha superado un mal diagnostico de cáncer, hecho en un hospital de Houston Texas, en uno de esos famosísimos hospitales en donde te tratan como un numero, tratándose de cáncer si te mueres era de esperarse y si te curas sales tan pobre y arruinado que te terminas muriendo pronto de otra cosa, afortunadamente en el caso de Sr. Vega no fue así, él no se cruzo de brazos; luego de deprimirse, llorar y despedirse de su familia y regresar a México para morir aquí siguió el consejo de otro artista, tomo una segunda opinión y resulta que en 8 meses de tratamiento está bien, nunca fue cáncer. El hospital se quedo sin su paciente, sin su muerto y sin el dinero de una mexicano mas.

Hablando de la película, si contamos con el filtro adecuado para querer aprender algo diferente, se puede aprender y sacar algo de provecho casi de cualquier parte y persona, solo es necesario tener el tamiz mental adecuado para extraer importantes reflexiones. ¿Cuántas veces nuestros hijos tienen  mejores respuestas que nosotros? Y no escuchamos. ¿Cuántas veces la sabiduría puede venir de una persona menos culta que nosotros? y no escuchamos. ¿En cuantas ocasiones por dar todo lo que no tuvimos mal educamos?

Muchos hijos de ricos son educados como todo poderosos y en cierta forma lo son; violan las leyes y sus papis los sacan del problema, violan derechos humanos y sus papis les hacen sentir, saber y estar seguros que ellos son más importantes que los demás. Gastan dinero, tiempo, salud propia y ajena como si fueran los copropietarios de todos los individuos que tienen el infortunio de rozar sus vidas.

Pretextos para justificarnos sobran, “es que se enfermo de chico”,” es que se murió su papa”,” es que me divorcie y tengo que compensarlo” y en esta esquesofrenia (del pretexto “es que”) cimentamos nuestra pretexto para mal educar, consentir y crear verdaderos engendros humanos que Dios nos libre de toparnos con ellos porque es garantía que pasaremos un mal rato al menos si coincidimos con ellos en el mismo tiempo y espacio.

Todo esto lo vemos en esta película pero con un giro inesperado en el que una vez más con el afán de hacer las cosas bien se hacen muchas otras muy mal por no tomar la decisión correcta y la solución del problema, surge en la voz de la señora que ayuda en las labores domesticas en la casa.

Siempre cuando tomamos alguna decisión y escogemos la opción A renunciamos al mismo tiempo a la opción B o C.  Por esto en ocasiones es difícil decidir pero si somos consientes y aceptamos que el libre albedrío que Dios nos dio precisamente de eso se trata, de tener la capacidad de asumir los beneficios de una decisión y las consecuencias no haber optado por las otras opciones sucederán dos cosas, ambas muy buenas. 

La primero que sucederá muy bueno es que no tendremos remordimiento por haber tomado alguna opción porque estamos conscientes que decidir implica renunciar a la vez y la segunda y más importante es que al saber y reconocer que optando por A tengo que dejar muchas otras opciones, siempre haremos una pausa para verificar si es la que más conviene para mi disyuntiva. (Medir el alcance de mi decisión)

Mi perrita Westie, Casilda lo aprendió a la primera, en una ocasión le di  dos pedazos de pollo uno grande y otro pequeño, la primera vez tomo el grande  y al tenerlo en la boca empezó a llorar, asustado acudí en su auxilio; en realidad no le pasaba nada, su llanto era por no poder tragárselo completo, lo cual implicaba soltarlo de nuevo (renunciar),  partirlo y luego comerlo. Ahora siempre toma el pequeño, y luego se las ingenia para romper lo que quede y comerlo pero siempre primero el pedazo pequeño.

Cuando se decide pensando en lo que más conviene para mi disyuntiva, muy diferente a lo que más me conviene para mi disyuntiva estamos hablando de decisiones incluso que pueden no convenirme en lo particular pero son la mejor alternativa de solución para algún problema, eso es hablar de niveles 5 y 6 de conciencia ética, lo cual dejo pendiente para blogs posteriores.

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